¿Acaso las doctrinas mercantilistas y de relaciones internacionales apadrinan al comercio internacional?
Mercantilismo
El mercantilismo fue una teoría y práctica económica dominante en Europa entre los siglos XVI y XVIII, en el contexto de la expansión colonial y el fortalecimiento de los Estados-nación. Se centraba en aumentar la riqueza del país a través de la acumulación de metales preciosos, el control del comercio y una fuerte intervención estatal.
Principios básicos del mercantilismo:
- Riqueza = Oro y plata
Se creía que la riqueza de un país dependía de la cantidad de metales preciosos que poseía. - Balanza comercial positiva
El objetivo era exportar más e importar menos para que ingresara oro y plata del exterior. - Intervención del Estado
El gobierno regulaba fuertemente la economía: otorgaba monopolios, imponía aranceles, controlaba precios y fomentaba industrias nacionales. - Colonialismo económico
Las colonias eran vistas como fuentes de materias primas baratas y mercados cautivos para productos manufacturados. - Proteccionismo
Se limitaban las importaciones con impuestos o prohibiciones, para favorecer a las industrias locales.
Esquema conceptual de las Relaciones internacionales
¿Porqué estudiar al comercio internacional desde las teorías de las relaciones internacionales?
Según Manning (1954) las relaciones internacionales, “designan a toda manifestación de comportamiento humano que, naciendo del lado de una frontera política nacional, ejercen una acción sobre el comportamiento humano del otro lado de esta frontera” (p. 12), de ahí que, el estudio de los hechos acaecidos entre sociedades pertenecientes a diferentes Estados, tomó fuerza como uno de los criterios a seguir en la doctrina interestatal y a la necesidad de analizar elementos complementarios que permitan comprender que la relación Estado – Estado, no sólo se la debe visualizar desde la perspectiva gobierno sino que debe incluir a los diferentes actores sociales. Adicionalmente las contextualizó como un “concepto genérico para una amplia gama de actividades, ideas y bienes que cruzan las fronteras nacionales, es decir, las relaciones internacionales comprenden intercambios sociales, culturales, económicos y políticos que se dan tanto en situaciones ad hoc como en contextos institucionalizados”(p.441), consecuentemente, en su tejido de aplicación se admite, casos en los cuales los individuos entran en interacción sin regulación estatal o aquellos en los cuales los procesos están debidamente normalizados.
Para Truyol y Serra (1973) las relaciones internacionales, se constituyeron en aquellas diplomacias entre individuos y colectividades que en su raíz y su vigor no se terminan en el interior de una comunidad diferenciada, sino que trascienden sus límites. Se destaca las dimensiones nacionales y foráneas, como premisas para entablar procesos de interacción que traspasen la ilusión humana que divide a los países a partir de sus fronteras. Según Alger (1976) “las relaciones internacionales constituyen una actividad humana a través de la cual personas pertenecientes a más de una nación, de modo individual o colectivo, entran en relación” (p. 131), en este concepto, se abren sus dimensiones hacia interacciones de diferente orden: comerciales, religiosas, tecnológicas…, lo que implica que en su estudio se debe considerar criterios multidimensionales que permitan esquematizar su todo. Del Arenal (2000) expresó que “son aquellas relaciones entre individuos y colectividades humanas que configuran y afectan a la sociedad internacional” (p. 425), definición que nos permite visualizar su carácter hologramático internacional.
A las relaciones internacionales se las ha estudiado con enfoques disciplinarios e interdisciplinarios en temas como: “Las relaciones internacionales y el turismo” (Carrazana Amador, 2017); “la globalización en las relaciones internacionales” (Restrepo Vélez, 2013); “interfaz entre bioética y relaciones internacionales” (Manchola-Castillo y Garrafa, 2016); “elementos para una filosofía de las relaciones internacionales” (Ghotme, 2015); “cooperación para el desarrollo, relaciones internacionales y políticas públicas” (Guzmán Mendoza, 2014); “Gubernamentalidad, biopolítica y dispositivos en relaciones internacionales” (Cortez y Orozco, 2017); “investigación comparativa trans contextual en relaciones internacionales” (Arias Henao, 2014);”el empleo actual del concepto de guerra en las relaciones internacionales” (Bartolomé, 2017); “Los derechos humanos en los textos clásicos y contemporáneos de las relaciones internacionales” (Ochoa Bilbao y Regalado Mujica, 2017); “Relaciones Internacionales de entre ríos: una lectura epistemológica del marco legal” (Ippolito, 2015); “Modelos de política exterior desde la perspectiva estructuralista latinoamericana en relaciones internacionales” (Villarroel, 2016); “El estudio de la Identidad en las Relaciones Internacionales. El constructivismo como solución teórica temporal” (Pereyra Doval, 2015); “Hacia un marco constructivista realista para el análisis de las relaciones internacionales desde las periferias” (Becerra, 2013); “El enfoque de la geopolítica en el contexto de las relaciones internacionales en el nuevo milenio” (Zuinaga de Mazzei, 2015)…, se denota en los títulos registrados, el interés por el estudio del tema utilizando disciplinas complementarias, constructos en donde se destaca una urgencia multidimensional que aborde su comprensión desde un actuar que sobrepase fronteras nacionales, sociales, políticas, de desarrollo…, para insertar en la mirada de otros los grandes temas presentes en el contexto internacional.
Las teorías de sustento de las relaciones internacionales han sido estudiadas agrupándolas en los paradigmas: (a) Tradicional, realista o estatocéntrico – Idealismo (Wilson), Realismo (Morgenthau), Sociología histórica (Aron), Neorrealismo (Waltz, Kennan), Teoría de la hegemonía (Gilpin), Teoría del conflicto (Nicholson) –; (b) de la sociedad global, transnacional o de la interdependencia – interdependencia compleja (Kehoane y Nye), Régimen institucional (Krasner y Kehoane), Integración revisada (Nye), Funcionalismo (Mitrany), Neofuncionalismo (Haas)- y, (c) de la dependencia, neo marxista o estructuralista – Teoría de la dependencia (Cardoso, Dos Santos), Teoría de la desconexión (Amin), Sistema mundo (Wallerstein) -.
Paradigma tradicional, realista o estatocéntrico: A inicios del siglo XX – hasta la finalización de la segunda guerra mundial
La relación Estado – Estado
La interpretación realista del sistema internacional cree que el principal actor de las relaciones internacionales, esto es, su principal unidad de análisis es el Estado, debido a dos atributos que lo diferencian de cualquier otra entidad internacional: la territorialidad y la soberanía (Restrepo Vélez, 2013, p. 632).
Los seguidores de la escuela tradicional sostienen que en un proceso de relaciones internacionales deben primar las relaciones interestatales. Son los Estados quienes implementarán su pensamiento a través de la política exterior. Las teorías que soportan el escenario son: El Idealismo, que buscó “la necesidad de recurrir a la razón para arreglar los conflictos por vías pacíficas” (Vieira, 2008, p. 159); el Realismo, que sitúa al estado de anarquía como la metáfora básica que explica su concepción ontológica del sistema internacional (López, 2010, p. 26); la sociología histórica, que enfatizó la idoneidad de la combinación de los aportes de la sociología y de la historia a través del estudio de las regularidades, elementos y factores permanentes de la realidad internacional y los cambios producidos a través del tiempo (Toledo, 2007, p. 112); el neorrealismo, que deduce los atributos y tipos de comportamiento de los Estados, otorgando suma importancia a la estructura del sistema internacional distinguiendo la autoridad del poder, pues los Estados de mayores recursos imponen las reglas de juego a nivel internacional (Moreano, 2005, p. 23); la hegemonía, que acentuó a un único Estado poderoso que controla o domina a los más débiles distinguiendo su estructura marcadamente asimétrica (Sodupe, 2002, p. 42) y, la teoría del conflicto, que denotó su carácter interdisciplinario, incluyendo aspectos socioeconómicos, la sicología de sus líderes, las imágenes y percepciones que se encuentran detrás de ellos y las diferencias culturales de sus antagonistas como mecanismos que en su desequilibrio originan cambios en las sociedades modernas (Laurin, 1989, p. 316).
Las teorías citadas, contextualizan situaciones que plantean patrones de comportamiento de las relaciones interestatales que en su antagonismo describen el pensamiento del uno y del otro, con la urgencia de diálogos complementarios. Es así como, al relegar el conocimiento al reino meramente subjetivo de representaciones, la escuela idealista afirma la incognoscibilidad de lo real (Allison, 1992, p. 30) a manera del idealismo trascendental planteado por Kant; la escuela idealista da vida al pensamiento creador como el único que puede dar razón del mundo, tal cual, el idealismo absoluto definido por Hegel (Soto y Bernardini, 1981, p. 85), quedando entonces configurada la idea de que en el accionar internacional hay que implementar pensamientos que guíen a las relacionales estatales bajo contextos ideológicos identitarios en oposición a aquello considerado como lo real al tomarlo como fundamento. Para quienes se consideran realistas, la clave del realismo filosófico estriba en partir de la realidad (del ser o del ente) …, sin embargo, no todos entienden lo mismo por realidad (Sellés, 2010, p. 104) la realidad física, el materialismo, el empirismo, el marxismo…, lo ideal y lo real se dimensionan en las relaciones internacionales de acuerdo con las tendencias de pensamiento o a los hechos acaecidos a lo largo de la historia del hombre. Es así como, el idealismo nazi creó el campo de Dachau en menos de diez días de que se nombró a Hitler como canciller del Reich – 31 de enero al 20 de marzo de 1933 – (Anta Félez, 2004, p. 1), la realidad: Lo atroz y desmesurado en contra de los enemigos del régimen. En todo caso, las sociedades se tejieron alrededor de pensamientos identitarios, en muchos casos chauvinistas, se construyeron alrededor de normas jurídicas o consuetudinarias, se desarrollaron en torno a apegos culturales, de espacio o de tiempo.
Bajo el enfoque de la sociedad histórica, el autor Michael Mann partió de la tesis de que “la sociedad como tal no existe. Más bien lo que hay son fundamentalmente, “redes organizadas de poder” que se interconectan o reconfiguran dentro y fuera de las fronteras de los Estados y de las relaciones entre las clases” (Pastor, 2006, p. 7), afirmación que denota que el espíritu social de los agrupamientos humanos se ha visto menoscabado por aquellos que detentaron el poder, de ahí que, las relaciones internacionales se encasillaron bajo el dominio de las ciencias políticas, pues a lo largo de la historia, se buscó el poder en estamentos de gobernabilidad asociados con el concepto de servicio a la sociedad. Complementariamente el poder debía legitimarse. “La cabal expresión de esa legitimación la encontró Weber en el concepto de autoridad o del poder legitimado” (Jiménez, 2006, p. 13), elemento que sirvió de referencia para los seguidores del neorrealismo, pues si en las teorías idealistas, realistas y de la sociología histórica se destacaba pensamiento, hechos y poder, habría que buscar en la autoridad el mecanismo para que en el ejercicio soberano se acepte las decisiones de los gobiernos.
Una de las ideas de mayor relevancia internacional, fue la de buscar organismos supranacionales investidos de autoridad, así por ejemplo, se suscribió en 1945 la carta de San Francisco ante representantes de países del mundo reunidos en la ciudad de San Francisco quienes exhibiendo sus plenos poderes, convinieron establecer una organización internacional que se denominaría Naciones Unidas, convirtiéndose en uno de los organismo internacionales que incluso desde su estructura denota ejercicios hegemónicos, pues de sus 15 miembros, sólo cinco tienen la connotación de permanentes: China, los Estados Unidos de América, la Federación de Rusia, Francia y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte. Consecuentemente, la hegemonía se circunscribe a actos en los cuales los países de mayor poder imprimen sus ideas en aquellos que se convierten en sus seguidores y en otros que se declaran como detractores.
La lógica dialéctica en la relación entre países dominantes y países dominados es la del conflicto, pues, en la desigualdad internacional se encontraría el caldo de cultivo que impulsa las propuestas de cambios sociales. Es importante destacar que la teoría del conflicto tuvo sus orígenes en los trabajos de Karl Marx respecto a las contradicciones de clases que se producen en el sistema capitalista entre la burguesía y el proletariado (Gilbert, 1997, pág. 30). En el ámbito de las relaciones internacionales se dio pie al aparecimiento de clases internacionales dominantes denominadas países del centro, sociedades del norte, culturas de occidente…, naciones desarrolladas, encontrando en el desarrollo de los unos el subdesarrollo de los otros.
Paradigma de la sociedad global, transnacional o de la interdependencia: Posterior a la segunda guerra mundial
Los organismos internacionales y el neoliberalismo
En la escuela de la sociedad global, se destaca, la intervención de sociedades, instituciones y organismos de carácter nacional e internacional, en cuyas premisas se privilegia su carácter sistémico por la variedad de dimensiones a ser analizadas en su interacción. Las teorías que apadrinan su composición son: La interdependencia compleja, en donde se privilegia la existencia de canales múltiples que conectan a las sociedades en ámbitos interestatales, transnacionales y transgubernamentales, así como, la multiplicación de los temas de agenda en donde no necesariamente se destaca a la seguridad militar como tema central (Keohane y Nye, 1977, p. 41) ; el régimen institucional, en el que los Estados deciden crear regímenes institucionales (en cualquier área temática) con el propósito de realizar acciones de cooperación bajo el establecimiento de principios, normas, reglas y procedimientos de toma de decisiones (Prats, 2006, p. 162); la integración revisada, con la idea de “el requisito de simetría y paridad entre los países miembros” (Couffignal y De la Reza, 1996, p. 152); el funcionalismo, que partió de la creencia de la inhabilidad institucional del Estado para solucionar problemas fundamentales de la humanidad, en vista de que, se agrupa a la sociedad internacional en un conjunto de unidades nacionales cuyo eje central es el territorio, sin tomar en cuenta al hecho de que las necesidades humanas sobrepasan las fronteras estatales y se insertan en la sociedad internacional – se deberá proponer “mecanismos de gobernanza internacional como el principal mecanismo para satisfacer un entorno internacional interdependiente” (Castillo y Torregroza, 2013, p. 26) -; y el neofuncionalismo, que planteó la (…) especificidad de la integración europea como proceso basado en las interdependencias económicas funcionales impulsados por los ideales del federalismo político (Anderson, 2012, p. 97).
Las teorías del paradigma de la sociedad global recogen la necesidad de visualización del mundo bajo un enfoque sistémico, sobre todo, después del holocausto producido por la segunda guerra mundial, abriéndose espacios económicos, sociales, culturales, tecnológicos…, con urgencias establecidas en el denominado desarrollo humano. “La política exterior, la diplomacia, las relaciones internacionales y la cooperación dejan de ser exclusivamente planeadas y dirigidas por el gobierno central” (Ayala Cordero, 2014, pág. 257), tomando relevancia la acción de los gobiernos subnacionales. A decir de Ayala, la interdependencia compleja de Robert Keohane, propone cuatro enfoques teóricos para explicar la actividad internacional de los gobiernos subnacionales:
1) los gobiernos subnacionales como nuevos actores del contexto internacional; 2) La cooperación internacional de los gobiernos subnacionales como complemento de la política exterior bajo un marco federal; 3) el papel de los gobiernos subnacionales en la integración regional, y 4) la cooperación descentralizada de los gobiernos subnacionales.
Complementariamente, habría que crear mecanismos de organización internacional a través de la implementación de instrumentos acordes a los cambios en el escenario internacional de la posguerra. Según lo dicho por Keohane y Nye se trata de la utilización del espacio y de los recursos en tiempo de paz (Barbe, s/f, pág. 62). Se debería crear entonces regímenes institucionales – que acojan en sus objetivos aquellas necesidades globales – quienes a través de negociaciones y acuerdos impriman direccionamientos y normativas aceptados por los países miembros, lo supranacional se convertía en una estrategia en cuyos horizontes se veía llegar posiciones centristas.
La cosmovisión centrista, originó centros en diferentes partes del mundo, pues los bloques comerciales se organizaron para convertir a los países coalicionados en islas en las que se veía a los otros como opuestos y asimétricos. Los procesos de integración deberían realizarse entre países que se encontraran en similares condiciones. En la teoría de integración revisada se enfatizó en las negociaciones entre iguales, resaltando la importancia de la noción del federalismo, como un movimiento político que buscaba transferir competencias soberanas a autoridades supranacionales.
Actividades federalistas se realizaron en el Congreso de Montreux en 1947, con 32 asociaciones federalistas de diez países que pidieron la transferencia de parte de la soberanía de los Estados y la constitución de órganos operativos supranacionales y el Congreso de Europa en la Haya en 1948 bajo la presidencia de Winston Churchill, defensor de una unidad europea más laxa y alineada en el bloque de occidente (Vieira Posada, 2005, pág. 239)
El federalismo organizó coaliciones internacionales a través de un sinnúmero de agencias que desarrollaban actividades en dimensiones varias, haciéndose necesario delinear funciones de los organismos supranacionales que no necesariamente debían alinearse a la política. Según Mitrany “los problemas puramente técnicos pueden separarse de los políticos y la cooperación técnica por parte de los servicios administrativos nacionales se puede llevar adelante exitosamente en la esfera internacional sin la interferencia de los departamentos políticos de los Estados miembros” (1933). Habría que invertir el procedimiento de creación de organismos internacionales identificando en primer lugar la naturaleza y extensión de un problema, creando su función y transferirlo al orden político desde la necesidad avizorada. En la argumentación funcionalista, se debería entonces, despolitizar a las coaliciones formadas. En oposición a dicho pensamiento, desde el neo funcionalismo se estima que “aunque en el momento de su concepción no hayan sido percibidas, incluso esos primeros pasos establecidos en el ámbito técnico – socio – económico, las coaliciones tienen implicaciones políticas, en el sentido de que conducirán a transferencias sucesivas o parciales de competencias soberanas a nuevas entidades” (Rodríguez I. , 1996, p. 299). En todo caso, al pensar en una estructura para la sociedad global, nos damos cuenta de que nos encontramos en una etapa en donde los organismos internacionales no salen de una fase embrionaria, pues la soberanía de los Estados sigue siendo aquella gran dimensión que impone barreras a una sociedad internacional a la que le urge un pensamiento planetario.
Paradigma de la dependencia, neo marxista o estructuralista: Los rezagos de la colonización…,
La primera medida proteccionista conocida en el mundo moderno (como política de Estado) se considera generalmente la Ley de Navegación inglesa de 1651, impulsada por Inglaterra. Esta ley fue un pilar del mercantilismo inglés y un claro ejemplo temprano de proteccionismo estatal.
Jean-Baptiste Colbert (1619–1683) – Francia
- Cargo: Ministro de Finanzas de Luis XIV.
- Teoría: Colbert fue uno de los primeros grandes defensores del proteccionismo mercantilista.
- Colbertismo: Variante francesa del mercantilismo. Favorecía industrias nacionales, control estatal fuerte y subsidios a exportaciones, junto con barreras a las importaciones.
Friedrich List (1789–1846) – Alemania
- Obra clave: “Sistema nacional de economía política” (1841).
- Aportación: Es uno de los teóricos más importantes del proteccionismo moderno.
- Postura: Defendía el uso del proteccionismo temporal para que las industrias de un país en desarrollo se fortalecieran frente a la competencia extranjera.
- Ejemplo práctico: Su influencia fue clave para la industrialización de Alemania.
Alexander Hamilton (1755–1804) – Estados Unidos
- Obra clave: “Report on Manufactures” (1791).
- Postura: Propuso tarifas proteccionistas y subsidios para fortalecer la industria estadounidense frente a la británica tras la independencia.
- Legado: Sentó las bases de la política económica estadounidense durante el siglo XIX.
El proteccionismo de los países del sur
Desarrolla su modelo alrededor de la conjunción de teorías que buscan en la concentración y la desigualdad los motivos que originaron la división internacional según el nivel de desarrollo de los países. Al respecto, se plantearon las teorías: De la dependencia, en cuya doctrina se destacó la dominación de grandes capitales internacionales sobre la economía, imponiendo la sumisión hacia corporaciones internacionales, la concentración económica y el capitalismo, fruto de lo cual imperó la marginación social (Dos Santos, 1978, p. 4); de la desconexión, en la cual se denotó, la preocupación por el intercambio desigual entre los países del norte y los del sur, así como, el desarrollo en función de las necesidades de las poblaciones del sur y no de los intereses de las clases dominantes del norte (Roffinelli, 2007, p. 16); el sistema mundo, cuyos puntos de inflexión importantes fueron: “1) El largo siglo XVI, durante el cual el sistema mundo moderno vio la luz como economía – mundo capitalista; 2) la Revolución francesa de 1789, en el cual se proclamó el liberalismo centrista; 3) la revolución mundial de 1968, en la que se socavó la geo cultura liberal centrista que mantenía al sistema mundo unificado” (Wallerstein, 2005, p. 10).
El diálogo desarrollo – subdesarrollo esbozado desde Latinoamérica encontró ideas que originaron el estancamiento de los países de la región:
a) El subdesarrollo está conectado de manera estrecha con la expansión de los países industrializados; b) el desarrollo y subdesarrollo son aspectos diferentes de un mismo proceso universal; c) el subdesarrollo no puede ser considerado como primera condición para un proceso evolucionista; d) la dependencia no es sólo un fenómeno externo, sino que se manifiesta también bajo diferentes formas en la estructura interna – social, ideológica y política – (Plaza, 2002, pág. 5).
El pensamiento económico latinoamericano planteado por Raúl Prebich – estructuralismo – se asocia con la explicación de que “a los centros nunca les interesó la profundidad social del desarrollo periférico y denunció que ellos no estaban dispuestos a actuar de modo que la periferia dejara de serlo” (Vuskovic, 1987) (…) al concebir que los centros tienen el privilegio de generar progreso técnico, ellos impulsan mecanismos productivos que ponen a disposición de los países de la periferia en función de sus intereses, por lo que se limita a la periferia a su subordinación, en tanto en cuanto, en las relaciones de intercambio, se les provee de productos con valor agregado a bajo costo confinándoles a aperturar sus economías hacia el ambiente internacional, encaminándolos hacia la búsqueda de inversión extranjera, a la especialización en producción de productos primarios y al comercio internacional de acuerdo a las directrices emitidas en la división internacional del trabajo. Otros factores que influye en la desigualdad centro – periferia se asocian a términos relacionados con las ideologías de consumo, el imperialismo de empresas transnacionales, las tecnologías de información que sumen a la población en estilos de vida de otros cuyo objetivo prioritario es la acumulación de capital.
Desconectarse del modelo de desarrollo planteado por las doctrinas liberales y neoliberales en su relación oferta – demanda y las lógicas de crecimiento impuestas por los organismos internacionales, se constituyó en la propuesta de la teoría de la desconexión, en la cual se propuso la disociación temporal de los países subdesarrollados respecto al mercado mundial. La propuesta de Samir Amín, se remonta a 1957 y dice literalmente: “Mientras que en el modelo de acumulación auto-centrada las relaciones exteriores se someten a la lógica y a los imperativos de la acumulación interna, en el modelo de desarrollo extrovertido, por el contrario, son las relaciones con el exterior las que determinan casi totalmente el ritmo y las características de la acumulación interna” (Amín, 1990), afirmación que denota que en el modelo de desarrollo planteado para los países subdesarrollados no necesariamente se debería ver al desarrollo de los países del centro como una receta a seguir, pues el denominado subdesarrollo se convierte en una forma de desarrollo que habría que respetarse de acuerdo a la identidad de cada una de las naciones. Sin embargo, hay que recordar que al ser el planeta un holograma hacia el cual confluyen las acciones de los individuos, las especies y las sociedades, hay que mirarlo como un sistema mundo, pues a decir de Wallerstein (2005) en el planeta se ha encontrado “Estados, sistemas interestatales, compañías de producción, marcas, clases, grupos de identificación de todo tipo…, que forman parte de una matriz que permite al sistema operar” (p. 10).
Para lectura:
ACUERDOS MULTILATERALES SOBRE EL COMERCIO DE MERCANCÍAS
- Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio de 1994
- Acuerdo sobre la Agricultura
- Acuerdo sobre la Aplicación de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias
- Acuerdo sobre los Textiles y el Vestido
- Acuerdo sobre Obstáculos Técnicos al Comercio
- Acuerdo sobre las Medidas en materia de Inversiones relacionadas con el Comercio
- Acuerdo relativo a la Aplicación del Artículo VI del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio de 1994
- Acuerdo relativo a la Aplicación del Artículo VII del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio de 1994
- Acuerdo sobre Inspección Previa a la Expedición
- Acuerdo sobre Normas de Origen
- Acuerdo sobre Procedimientos para el Trámite de Licencias de Importación
- Acuerdo sobre Subvenciones y Medidas Compensatorias
- Acuerdo sobre Salvaguardias
- Acuerdo sobre el Comercio de Aeronaves Civiles
- Acuerdo sobre Contratación Pública
- Acuerdo Internacional de los Productos Lácteos
- Acuerdo Internacional de la Carne de Bovino
Razonemos:
¿Los procesos de integración económico se afincan en el paradigma de la sociedad global?
¿Las políticas proteccionistas devienen del pensamiento de la dependencia?